Allá por 1988, nació en León un hombre pegado a una perra [Kira].
Desde entonces, Hugo, que así me llamo, siempre ha tenido la necesidad de crear (algunas cosas más guays que otras) y ello le llevó al mundo profesional del diseño.
Ahora, en primera persona, me estrujo el coco para, día tras día, entender a los clientes (a veces es pura mágia lograrlo) y hacer tangibles sus ideas.
Mientras un ordenador me lo permita, seguiré aporreando sus teclas para lograr llevar a cabo todos esos proyectos profesionales que el destino tenga preparados para mi.
Si quieres saber más sobre mi, no dudes en enviarme un camión de Donuts Fondant.
